“En el ayuntamiento del 30 de noviembre, la mayoría implementó un incentivo más para la adicción al juego, afortunadamente no todos. Repasemos brevemente lo ocurrido en los últimos meses: el grupo Fdi, con el concejal Liverani a la cabeza, presenta a la Comisión una modificación del reglamento del juego que habría ampliado el horario de apertura, de 12 a 16 horas. Al mismo tiempo, Hermanos de Italia a nivel regional, destacando así una estrategia de partido, incluso supera la propuesta al hacer menos restrictivos incluso los límites espaciales de los lugares sensibles. Por este motivo, el Partido Democrático de Senigallia, junto con las demás fuerzas de la oposición, propuso una resolución que pediría al Consejo Regional volver sobre sus pasos y modificar nuevamente la ley regional 3/2017". Esto es lo que leemos en una nota de PD de Senigallia (AN).

“Sin embargo, tuvimos que presenciar una nueva vergüenza: además de los concejales de la oposición, también votaron a favor de la resolución los concejales mayoritarios Ansuini, Antonelli y Rebecchini, y reconocemos su honestidad intelectual al oponerse a un cambio normativo inaceptable, pero que no fue suficiente, por lo que la resolución fue rechazada por mayoría. Aún más vergonzosa es, sin embargo, la actitud del alcalde Olivetti que, con su habitual estilo pilatesco, no participó en la votación porque "no puede votar por una resolución que se comprometa". Así como no puede votar sobre las resoluciones del consejo que autorizan 90 apartamentos, tampoco aquí se expresa una posición clara. A nosotros, sin embargo, el motivo de su no votar nos parece muy claro: no quiere exponerse contra el Gobierno regional, apoyado por su propia mayoría política. Si es así - continúa la nota -, dígalo claramente en lugar de esconderlo continuamente. Si estuviera en contra de esos cambios, debería haber votado a favor de nuestra resolución; al contrario, habría votado en contra. Por tanto, al no participar en la votación, el alcalde optó por estar del lado de quienes quieren fomentar el juego patológico. Ya no podemos aceptar este doble juego del alcalde que, según sus conveniencias, se presenta como "cívico", pero al que le queda muy poco de cívico. Sus últimos ataques políticos mal dirigidos (...) denotan cierto nerviosismo, ¿quizás el actual gobierno de la ciudad comienza a tambalearse internamente y busca un enemigo externo imaginario o mira hacia atrás? El juego patológico es un asunto serio y como tal debe abordarse con honestidad intelectual. Por una vez, dejemos de lado el "voto partidista" y tengamos la claridad de decir que los cambios en la ley regional son inadmisibles desde cualquier punto de vista", concluye el PD.

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