Con la frente en alto. Para Francesco Savoia, dueño de una agencia Goldbet en Corigliano Rossano, su trabajo no es un insulto. Esta es su historia. Estoy cansado. Todos los comerciantes estamos cansados. Cansado de la definición que nos da…

Para leer este artículo

Inicie sesión o regístrese

Artículo anteriorHEAD UP: "El juego no es un insulto". La historia de Valentina, una trabajadora en un bingo
Artículo siguienteCON LA CABEZA EN ALTO. Marco, una sala de juegos en Nápoles: "Soy un fantasma para el estado"