Cabeza en alto Rosario, dueña de una casa de apuestas, se siente cada vez más humillada por la política. “Mi nombre es Rosario, tengo una agencia en Palermo. Hoy vivo con humillación y mortificación hacia mí y mis empleados. Gracias a nuestros políticos...

Para leer este artículo

Inicie sesión o regístrese

Artículo anteriorCON LA CABEZA EN ALTO. “Somos trabajadores serios y honestos, trátennos como tales”. El exabrupto de Attilio, operador del sector del juego público
Artículo siguienteIl Foglio: “Cucked y gravado. Gobierno continúa cruzada contra el juego legal”