(Jamma) “La victoria de ayer en el Senado fue una victoria para el pueblo, más que para la Liga del Norte. Solo nos hemos convertido en intérpretes del malestar y sufrimiento que provoca la proliferación de máquinas tragamonedas y juegos en línea. Sorprende que el Gobierno, más allá de algunas declaraciones de fachada, no se mueve para poner coto a lo que se está convirtiendo en una auténtica lacra social que arruina familias y echa a la gente a la calle. No sólo eso: las críticas que vienen de la izquierda son ridículas. En Vicenza, la administración había tratado de limitar la proliferación de salas de máquinas tragamonedas. El propio alcalde Variati acusó al Parlamento de no estar interesado en el problema o, peor aún, de no querer detener las máquinas devoradoras de dinero. Ahora que lo hemos hecho, hay quienes se quejan. Es inconcebible que sea precisamente el estado el que se lucra con la vida de las personas: todos vemos los efectos devastadores de la adicción al juego. Hace unos meses, nuestra provincia pagó su peaje con sangre: un joven de 30 años se suicidó porque lo había perdido todo en las máquinas tragamonedas, luego de dejar una carta explicando los motivos de su acción. Basta hablar con las asociaciones que se ocupan de la rehabilitación de los afectados por la adicción al juego para hacerse una idea del fenómeno. Sólo un estado bárbaro y usurero puede pensar en ganar dinero en la piel de sus ciudadanos”. Así lo declara la senadora de la Liga Norte, Erika Stefani, respecto a la moción de la Liga Norte que prevé una moratoria de un año para el otorgamiento de nuevas licencias, aprobada ayer pese a la opinión negativa del Gobierno.
