Según informaciones de prensa del Ministerio de Sanidad, se prevé la aplicación de un impuesto específico a los pagos electrónicos por actividades de juego, ganancias y concesiones de juego online. 

Según informa La Stampa, ''corroído por la inflación, carcomido por los costes de las renovaciones de contrato de los médicos, con mil millones de reembolsos de las industrias biomédicas que bailan, la financiación pública de nuestra sanidad en 2024 se perderá algo por el camino como 15,2 mil millones. De hecho, basta hacer los cálculos sobre los datos del Def, el documento económico y financiero del gobierno, para descubrir que de 2021 a 2024 el fondo nacional de salud también subirá de 127,8 a 132,7 mil millones, equivalente a más 4,9 mil millones. , pero en términos de capacidad de gasto real salta un 11,5%, por la inflación sanitaria, incluso superior a la general, y los 2,5 millones por la renovación 2019-21 de los batas blancas. Dinero ya asignado por el ejecutivo y en todo caso ligado, pero que siempre está dentro del fondo de salud.

Así que la escasez es para hacer temblar las muñecas. Sobre todo los de los gobernadores, más de la mitad de los cuales ven en el horizonte el espectro del comisionado y los planes de pago, que luego se traducen en cortes de servicios y congelamiento de contrataciones. Todo lo contrario de lo que se necesita ahora mismo para acortar las listas de espera de kilometraje y recuperar los millones de servicios saltados durante el Covid. Por no mencionar el hecho de que las nuevas estructuras territoriales de salud, hogares y hospitales comunitarios son efectivamente financiados por el Pnrr, pero solo en lo que respecta a paredes y maquinaria, mientras que los costos considerables para los médicos y enfermeras que deberán trabajar allí siempre tendrán que surgir más asfixiado fondo de salud.

Todo esto lo sabe bien el ministro de Salud, Orazio Schillaci, que mañana comparecerá ante su colega de Economía Giancarlo Giorgetti para pedir 3-4 mil millones adicionales en la próxima maniobra. El resto de lo que falta en el plato lo tendrán que aportar las Regiones, ahorrándose tratos inadecuados y salas hospitalarias que están bajo presión con tasas de ocupación de camas a veces por debajo del 50%, mientras que en otras no hay plaza. Pero, respaldado por piezas importantes de la mayoría gubernamental, Schillaci dejará caer un comodín sobre la mesa del MEF, el de un impuesto al juego para financiar la salud. La idea ya la hizo el senador de los Hermanos de Italia Franco Zaffini, presidente de la comisión de Salud y Trabajo de Palazzo Madama. «Por una vez, la sanidad debe jugar al "bingo" -dice el senador- y entonces qué mejor que pensar en una "ficha" a las apuestas y apuestas realizadas con instrumentos de pago electrónico, actualmente no gravados, a un aumento de las ganancias y aún un aumento en las tarifas por la concesión de juegos en línea". En la práctica, un impuesto de finalidad que, además de financiar la sanidad pública, también garantizaría una mayor trazabilidad del juego y de los jugadores y, por tanto, contrastaría el exceso y la adicción al juego. El razonamiento se repetirá textualmente desde Schillaci hasta Giorgetti, pero con la subida de tipos decretada por el BCE y el consiguiente aumento de la carga de la deuda pública, el margen de maniobra para el próximo año sigue siendo limitado”.

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