Daniele, de 25 años, pide ayuda a la Liga. Es un joven padre de familia y empleado de una sala de bingo en Turín. De sus palabras se desprende la amargura pero también la voluntad de seguir luchando por una protección real del lugar de…

Para leer este artículo

Inicie sesión o regístrese

Artículo anteriorPiamonte, Rossi (PD): "Juegos, centroderecha a la deriva"
Artículo siguienteCovid, Schiavolin (Snaitech): “Reapertura, sector del juego olvidado. Discriminación que el Gobierno tiene el deber de atender”