Los clubes de fútbol están dispuestos a bloquear los datos utilizados para apostar si no se entrega más dinero. Se evalúa la posibilidad de tener los patrocinadores de apuestas en las camisetas. Según informa Tobia de Stefano en Verità&Affari, hoy debería celebrarse la primera cumbre entre la Lega Calcio, el Ministerio de Economía y el ministerio competente, el de Deportes, dirigido por Andrea Abodi. En el centro de la discusión está la posibilidad de "traspasar" una parte importante de la facturación correspondiente al universo de las apuestas deportivas al mundo del fútbol.
La Liga de Fútbol pedirá cambios al ministro Giancarlo Giorgetti (Mef). “Hoy vende los derechos de los clubes (los que se refieren a datos en vivo, estadísticas, noticias y procesamiento en tiempo real) a empresas de apuestas por unos 40 millones de euros. La cuestión es que sin estos derechos no existiría el sistema de apuestas, un sistema que garantiza al Estado ingresos millonarios. Para que quede claro, en 2022 la recaudación global en Italia por apuestas deportivas fue de 18,7 mil millones de euros, de los cuales 13,1 mil millones se jugaron con la "pelota".. No solo. Está muy claro - razonan quienes piden un esfuerzo al Ministro de Economía - que el fútbol con sus eventos representa el principal motor de las apuestas, es decir, también aumenta exponencialmente las "apuestas" en otros deportes, como señala la existencia de un resolución que reconoce un porcentaje de la facturación por el uso de las marcas y del evento donde se realizan las apuestas".
Podría haber dos caminos posibles.
Una puerta al clásico modelo de retirada. Se establece un porcentaje del total del negocio de apuestas que luego se traspasa a la Liga y luego a los clubes. El mecanismo había sido probado durante el Covid, pero se considera muy arriesgado debido a que se desconoce el recurso.
El otro camino conduce a una flexibilización del Decreto de Dignidad pretendido por el gobierno de Conte. Por ejemplo, sólo se podrían readmitir logotipos y patrocinios de empresas de apuestas en el campo y uniformes de entrenamiento o en vallas publicitarias electrónicas en el estadio, sin modificar la prohibición de iniciativas de marketing reales. De esta forma se reabriría una facturación global que se calcula entre 500 y 600 millones.
