El nuevo decreto, recién aprobado, inicia una verdadera revolución en el sector del juego al introducir interesantes innovaciones que tienen como objetivo garantizar la seguridad de los jugadores.

Las nuevas máquinas tragamonedas tendrán una apuesta mínima de 20 céntimos y máxima de un euro así como un premio de hasta 250 veces la apuesta.

Los dispositivos estarán equipados con aceptadores de monedas, Hoppers y aceptadores de billetes y además contarán con una interfaz de internet para conexión directa con el organismo de control.

Se han introducido medidas efectivas de prevención, como se desprende de la lectura de la nueva ley, con el objetivo de prevenir eficazmente el juego patológico.

De hecho, se ha puesto un límite importante tanto a la pérdida real, limitada a 50 euros por cada hora de juego, como al número máximo de partidos que se pueden jugar en una hora (no más de 300).

Estas medidas, junto con el avance tecnológico que imponen los nuevos parámetros (las máquinas funcionarán con monedas y billetes como se ha mencionado anteriormente, ndr.), van asociadas a un paquete muy interesante que sitúa la protección del jugador en el centro del diseño. .

Las nuevas máquinas serán controladas remotamente por la Autoridad de Juegos, que podrá bloquearlas o desbloquearlas, garantizando su funcionamiento sólo dentro de determinadas franjas horarias para generar una franja protegida para los jugadores más expuestos. Además, la Autoridad de Juegos podrá generar mensajes contra la adicción y detener al jugador si el sistema detecta un uso excesivo. Los mensajes se muestran directamente en la pantalla del dispositivo.

La atención prestada al fenómeno de la adicción es notable y seguramente la nueva norma será estudiada cuidadosamente por otros organismos reguladores para comprender si las medidas introducidas garantizarán unos ingresos interesantes y al mismo tiempo protegerán al jugador del fenómeno del abuso en el juego. .

Comparando la normativa de San Marino con la italiana, descubrimos, por ejemplo, que los porcentajes de ganancia son mucho más elevados y que la pérdida media horaria, ya presente en algunas normativas nacionales importantes, será la piedra angular de las nuevas máquinas.

La introducción de diversos sistemas de control remoto garantizará el control total de la Autoridad de Juegos sobre el parque de máquinas, como ocurre en Italia, pero sin la intervención de terceros.

Algunos organismos de certificación ya están acreditados para realizar las primeras certificaciones que deberían permitirnos ver en acción las primeras máquinas del tipo G2 antes del verano.

Estamos seguros, desde una primera lectura, que la nueva normativa podría convertirse en un modelo interesante al que referirse, logrando la ardua tarea de definir nuevos estándares de seguridad a nivel internacional en relación con las máquinas AWP con premios en metálico.

Junto con los dispositivos, el decreto también introduce interesantes novedades para otro tipo de juegos.

La Autoridad Estatal de Juegos podrá autorizar el lanzamiento de tarjetas rasca y gana, la instalación de máquinas de coleccionismo gestionadas por operadores extranjeros, competiciones, torneos de póquer y otros juegos de cartas.

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