“La nueva edición del observatorio del juego ha permitido construir un nuevo modelo de análisis de los diferentes tipos de jugadores, más efectivo que el desarrollado en ediciones anteriores. En resumen: el 51% de los italianos juegan juegos con premios en efectivo al menos ocasionalmente; uno de cada 10 italianos, a pesar de haber jugado al menos ocasionalmente en el pasado, ahora ha abandonado este tipo de juego; los jugadores se dividen en tres subtipos de tamaño similar: 35% juega solo a la tarjeta rasca y gana, superenalotto o loterías; el 32% juega más juegos gastando hasta 20 euros al mes; el 33% restante juega más juegos gastando más de 20 euros al mes”. Eso es lo que leemos en cuarto informe de investigación del SWG, producido en colaboración con IGT, presentado en Roma en el marco del evento organizado por Formiche titulado “Giocare da grandi. Las encuestas del Observatorio del juego público 2020-2023”.

“Adentrándonos más en la participación en los diferentes tipos de juegos con premios en efectivo –continúa la investigación–, podemos observar una cierta estabilidad de los datos referidos a los jugadores habituales, mientras que se reduce ligeramente el número de jugadores que suelen jugar online y no desde puntos de juego físicos. Un fenómeno que también se observa en otros campos y que parece evidenciar una vuelta a las actividades presenciales tras el uso extensivo de lo digital generado por el periodo Covid. La aparente contradicción de los datos (por un lado se reduce la tendencia a jugar online, por otro aumenta la propensión en este sentido) probablemente se explica precisamente por el hecho de que la vuelta al deseo de juego social no ha encontrado, hasta la fecha, una respuesta adecuada por el lado de la oferta, quizás demasiado concentrada en perseguir a los clientes que se habían pasado a la red".

Artículo anteriorSWG-IGT, "Jugar cuando seas grande": sigue la retransmisión en directo del acto de presentación del cuarto informe de investigación sobre videojuegos
Artículo siguiente"Jugar cuando seas grande": así cambia la propensión al riesgo de los italianos