Santos ¿Quién discrimina a quién?

31

(Jamma) “Al parecer – escribe el sindicato de receptores deportivos en una nota – las casas de apuestas extranjeras que quieran cobrar apuestas en nuestro país sin pasar por el tema de la concesión estatal pueden pedir la autorización al juez. Tras la británica Stanley, también la austriaca GoldBet parece estar iniciando una brillante carrera en Italia, con puntos de apuestas telemáticas repartidos por todas partes, gracias a la interpretación que ha hecho el Tribunal de Casación de la sentencia Costa – Cifone.

Al pronunciarse sobre un recurso interpuesto por el Ministerio Público de Trani, los jueces afirmaron en esencia que la exclusión de un operador de una licitación para el otorgamiento de concesiones no puede ser subsanada por una selección pública posterior que garantice las posiciones comerciales ya adquiridas.

En resumen, el monopolio estatal está bien, siempre que no discrimine a los de ese monopolio que no respetan las reglas.

Esta es, de hecho, la paradójica conclusión a la que se llega siguiendo el razonamiento de los jueces que, hasta ahora, se han expresado en relación a los casos de CTD afiliados a casas de apuestas sin licencia.

Por ahora, está a un paso de afirmar que cualquier operador de apuestas establecido en el territorio de la Unión puede ejercer libremente su actividad en Italia.

Basta con invocar el derecho comunitario anteponiéndolo a las limitaciones que impone nuestro sistema de licencias para obtener una sentencia favorable.

Pero esto no es bueno porque hay operadores que, para poder trabajar legítimamente, han participado en un concurso público, obtenido una concesión y regularmente liquidan sus cuentas con las autoridades fiscales.

No es bueno porque existen síndicos, autorizados por los citados concesionarios, que a su vez cobran las apuestas con toda legalidad y tributan por las rentas correspondientes.

En definitiva, no es bueno, porque los operadores y receptores autorizados y no autorizados se ponen al mismo nivel, sin distinción.

Entonces, ¿quién discrimina a quién?

Artículo anteriorFrancia. Roland Garros bajo estricta vigilancia del Arjel
Artículo siguienteCasini (Civic Choice): "Paremos el juego"