El proyecto Slot Out, fruto de la coplanificación entre Anci Toscana, Acli Toscana y Arci Toscana, llega a su fin. Una iniciativa que ha permitido construir caminos para combatir el juego patológico en los clubes de la región. Acli Toscana se unió con convicción: aunque el 97% de sus clubes ya no tenían espacios dentro de las oficinas, el desafío era invertir en formación y prevención, especialmente para aquellas entidades territoriales que insisten en áreas con un alto porcentaje de jugadores. Según los últimos datos de la Región de Toscana, en 2022 se jugaron más de 7 millones 396 mil euros, de los cuales la mayor parte (3 millones 949 mil euros) se jugaron físicamente y el resto online. Las pérdidas de los jugadores fueron cuantiosas: más de 1 millón 196 mil euros.

A través del proyecto Slot Out, que forma parte del plan más amplio de lucha contra el juego financiado por la Región de Toscana, se llevaron a cabo múltiples actividades, incluido el seguimiento de la presencia de tragamonedas en los clubes, así como actividades de capacitación en las estructuras básicas de las áreas con tasa más alta de juego per cápita que involucró a alrededor de 100 participantes. Tampoco faltaron las iniciativas de sensibilización que vieron la creación de 7 eventos en seis provincias, la participación de 200 participantes y la preciosa implicación del Ser.D.

También se realizaron talleres interasociacionales Acli Arci, destinados a intercambiar buenas prácticas y debatir el tema de la adicción al juego desde la perspectiva de los voluntarios que patrullan diariamente la zona. Se ha observado que el juego es una condición que depende y se alimenta del estado de soledad y fragilidad en el que se encuentra la gente. Existe una dificultad recurrente para pedir ayuda, a veces por un sentimiento de vergüenza. Y la adicción al juego a menudo se asocia con otras debilidades, incluidas las relacionadas con la salud, o con otras adicciones, como el alcohol. Los juegos en línea también conducen a una dimensión aún más acentuada de soledad y aislamiento. La pandemia ha agravado muchas de estas condiciones y el juego a menudo se percibe como una solución para escapar de la pobreza, reemplazando la inversión y las vías de planificación a largo plazo. La cultura del juego se está extendiendo entre la población joven, que recurre cada vez con mayor frecuencia al juego y también son alarmantes los datos que ponen de manifiesto lo extendido que está el juego entre los menores de edad, que por ley no tienen acceso a este mundo.

“Los datos muestran lo importante que es combinar vías de deszonificación con vías de sensibilización y formación. En nuestro país el número de jugadores siempre ha sido muy elevado y el compromiso de concienciar a todos sobre el tema es fundamental - afirman giacomo martelli, presidente de Acli Toscana ed. Elena Pampana, vicepresidente de Acli Toscana -. Hemos hecho y seguiremos haciendo nuestra parte. La adicción al juego tiene graves repercusiones en el bienestar físico y mental de la persona, en sus condiciones sociales y económicas. La esperanza es que el trabajo en nuestros círculos toscanos pueda ser tomado como modelo. Es necesario continuar la lucha contra la adicción al juego de forma generalizada y proponer eventos de sensibilización junto a los jóvenes, los ancianos y aquellos que se encuentran en condiciones difíciles debido a esta patología".

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