(Jamma) “En el período enero – agosto de 2012 – escribe el centro de estudios AS.TRO – las recaudaciones de juegos de AWP se establecieron en 18,4 mil millones de euros (frente a 19,4 en el mismo período de 2011). En el período enero – agosto de 2013, la recaudación del juego AWP se detuvo en 16,8 millones de euros. Por lo tanto, en promedio, las apuestas de los juegos a través de AWP han disminuido en 2,4/2,9 mil millones de euros por año durante los últimos dos años consecutivos.
El gasto en juegos de AWP en el período enero – agosto de 2011 se ubicó en 4,8 millones (7,43 millones al cierre del año)
El gasto de juego en AWPs en el periodo enero-agosto de 2012 se detiene en 4,3 millones (al cierre del año 6,85 millones, con un descenso efectivo del 7,8%).
El gasto de juego en AWP en el período enero-agosto de 2013 se detuvo en 4,2 millones (debido al hecho de que el nuevo pago del 74 % todavía se ofrece al público sobre la base de una porción modesta del parque de máquinas, obviamente penalizado por la presencia continua de tragamonedas con el mismo pago que en 2012).
La única certeza que expresan los datos difundidos por el MEF es, por tanto, la constante caída de las apuestas a través de "awp", asociada a la disminución del gasto en este producto de juego, que, sin embargo, sigue siendo el segmento de mejor desempeño para el Tesoro, al que, en los primeros ocho meses del presente año se transfirieron 2,13 millones de euros por PREU, además de los 50,5 millones de euros por canon de concesión.
Además, otra cifra conocida es la relación negativa entre el aumento de los PREU (11,8% en 2012 y 12,7% en 2013) con fines recaudatorios, que pasará de los más de 3,1 millones de PREU decomisados en 2012 a los 2,8-2,9 mil millones a los que la anualidad actual podrá, como máximo, llegar. Básicamente casi 300 millones "tirados" sólo para satisfacer la necesidad de una contabilidad formal a la que se puedan ofrecer falsas expectativas de ingresos adicionales derivados de la subida de tarifas.
Por tanto, el juego legal se confirma como un “producto corriente” cuyo rendimiento recaudatorio disminuye a medida que aumenta la tributación, como ocurrió con el IVA, cuyo volumen se reduce tras la subida de tipos.
A la luz de que un nuevo aumento del IVA sigue siendo la hipótesis más popular para presupuestar recursos fiscales adicionales para cubrir el gasto público adicional, el "agujero" presupuestario que nos estamos preparando para crear ya se está apreciando en términos dramáticos.
