Lo que está sucediendo estos días con las apuestas ilegales que involucran a algunos futbolistas es inquietante: no sólo por las implicaciones legales, sino también culturales y sociales. Sino porque descubre una caja de Pandora conocida por todos pero donde con demasiada frecuencia quienes tuvieron que intervenir se han "encogido de hombros". El juego ilegal existe, afecta a los futbolistas pero también a personas muy normales. Es hora de que el Estado declare la guerra total a este mercado como lo hizo en el año 2000 contra el contrabando de cigarrillos. Una nueva "Operación Primavera", como en Apulia hace 23 años, que derrota para siempre el sistema de apuestas clandestinas.
Así lo afirma Antonia Campanella, presidenta de Donne In Gioco, el comité de trabajadores y operadores legales del juego público.
“Cada día – continúa Campanella – en nuestros puntos de juego intentamos ofrecer, además del mejor servicio, también apoyo a aquellas personas que se encuentran, o corren el riesgo de encontrarse, en dificultades. Los observamos, hablamos entre nosotros, intentamos ser de apoyo si vemos que lo que debería ser un simple juego o entretenimiento se convierte en otra cosa. Y lo hacemos porque amamos nuestro trabajo y queremos que nuestros clientes tengan experiencias positivas. Un juego, de hecho. Nada más. Pero cuando leemos sobre malos comportamientos, sobre apuestas ilegales, sobre vicios que no pueden ser manejados por jóvenes de 20, 25 años, no podemos tolerar la inercia de nadie. No lo toleramos como empresarias, como mujeres, como madres. Por eso pedimos al Estado que intervenga: estas últimas noticias no pueden caer en el chisme o en el voyerismo sólo por ser futbolistas. Las apuestas ilegales son una plaga que hay que eliminar. Nosotros – concluye Antonia Campanella – haremos nuestra parte de manera concreta: lanzaremos una campaña de información en cines y en línea sobre la diferencia entre el juego legal y el ilegal. La diferencia entre diversión y obsesión. La diferencia entre lo que puedes hacer y lo que no debes hacer. Pero esperamos que el Estado finalmente haga su parte junto con nosotros".
