Estamos convencidos de que, para poder solucionar este problema, que ya ha adquirido trascendencia nacional, es necesario un esfuerzo coordinado y común tanto de todas las administraciones públicas como de los sectores de la sociedad civil y productiva que, responsablemente, están llamados a mantener en consideración que la prioridad para un estado civil es ciertamente la salud de sus ciudadanos y sus familias.
Por ello, también queremos expresar nuestra cercanía a aquellas asociaciones que están proponiendo principios y directrices para la protección de la población y para la adopción de normas y reglamentos que permitan reducir el impacto publicitario y hacer veraces dichos anuncios, para limitar la difusión de puntos de juego en el territorio y establecer mejores condiciones de control territorial, así como supervisar las temidas infiltraciones delictivas en el juego legal.
Finalmente, también consideramos la iniciativa digna de apoyar el desarrollo y adopción de niveles adecuados de estructuras asistenciales y de tratamiento y rehabilitación que podrían ser absorbidas, como ya propuso la DPA en la Conferencia Estado-Regiones, obteniendo un porcentaje adecuado (proporcional a la problema existente y los costos para enfrentarlo) de las cuotas destinadas al pago, es decir, las ganancias.