“En nuestro sector, la gran necesidad de regulación limita de alguna manera la autonomía de la empresa para poder adoptar determinadas soluciones que van en la dirección de la innovación. Por eso creemos imprescindible que el accionista mayoritario, no sólo financiero sino también de gobernanza, que es el Estado, pueda imaginar el futuro del sector ofreciendo entretenimiento con premios en metálico. Si el cambio tecnológico de la vajilla en una sala no está sujeto a regulación, ¿por qué sí lo está el cambio en la oferta del producto principal -pensemos en un cartón de bingo-? emmanuel cangianelli, presidente de EGP-Fipe, habló hoy en la conferencia titulada "Salas de juego: entretenimiento, sociabilidad y consumo responsable" organizada por EGP-Fipe y que se celebró durante Host, feria mundial dedicada al sector de la restauración y la hostelería.

“El regulador – prosiguió el presidente de EGP-Fipe – generalmente sigue el mercado real, aunque lo siga desde demasiado lejos, como en otros sectores y en el nuestro en particular, el mercado real se insinúa, se inserta en el relaciones entre las empresas y el consumidor. Esto es un poco como lo que pasó con las apps de taxis que en un momento determinado no estaban reguladas, luego algunas tenían reglas y otras no. La regulación, en este momento, es la clave de cualquier hipótesis de desarrollo del sector. Por eso será importante nuestra capacidad de representación institucional, la del sistema Confcommercio y otras entidades asociativas. Creemos que el consumo de ocio cambiará en línea con muchos otros sectores. Serán más instantáneos, de corta duración, se irán digitalizando cada vez más hasta ser casi totalmente digitales.

Si pensamos en la evolución de los locales de ocio, por ejemplo, en el norte de Europa también pensamos que en el futuro debemos y podemos invertir más en distribución especializada también en el sector del juego. Esto significa que existen las condiciones necesarias para invertir. Para invertir se necesita certeza en el tiempo y en los años, certeza que luego tiene que ver con la relación con el personal porque no sólo se está invirtiendo en tecnologías -que luego se amortizarán- sino que se está invirtiendo en personas. El nuestro es un sector en el que todas las empresas deben formar a su personal también para las necesidades regulatorias. No estoy pensando sólo en los servicios más tradicionales, como el procesamiento de alimentos, sino también en las disposiciones para combatir el juego compulsivo y en los métodos de comunicación y orientación de los jugadores compulsivos hacia las formas de apoyo y ayuda que se les ofrecen.

Esto implica la necesidad de planificación. Pensemos en las iniciativas de formación de regiones como Toscana y Apulia, en todas aquellas en las que Confcommercio participó, por ejemplo.

Nuestro sector, que está dentro del ámbito financiero del MEF y de la Agencia de Aduanas y Monopolios, tiene ahora la oportunidad de reescribir algunas reglas principales y esperamos que se esté trabajando en ello. Estamos seguros de que la política podrá aprovechar esta oportunidad después de veinte años de extensa regulación y surgimiento de muchas áreas del sector".

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