Algunas sugerencias para un mercado de 'juego legal' más protegido del sindicato FeLSA-CISL

(Jamma) Desde la política, desde varias asociaciones y desde varios órganos territoriales municipales, cada vez hay más solicitudes de intervención contra las GAP, el juego patológico, mientras algunas regiones ya aprobaron una ley para la ludopatía, otras están a punto de hacerlo, introduciendo limitaciones más o menos agradables hacia los puntos de comercialización existentes y hacia nuevas aperturas.
Cabe recordar -explica una nota del sindicato de Receptores FeLSA-CISL- que el actual sistema general de juego ha permitido recuperar importantes cuotas de mercado tanto en el sector informal como en manos de la delincuencia.
No podemos olvidarnos del viejo Toto negro, el Lotto video poker negro, que también creó tanta adicción y nadie hablaba de eso.
Ahora parece que está de moda hablar y enfrentarse a juegos, sin conocer a fondo los problemas reales, ni los devastadores efectos que podrían provocar decisiones indebidas o precipitadas.
No pretendemos poseer verdades absolutas, pero sí podemos sugerir y proponer soluciones y parámetros físicos y técnicos que deben satisfacer las necesidades de la hacienda, la legalidad, la lucha contra el crimen organizado, la lucha contra la adicción al juego y, sobre todo, la protección de los niveles de empleo.
Abordar el tema del “Juego Legal” con superficialidad y demagogia es sin duda engañoso y se corre el riesgo tanto de no resolver el juego patológico como de tirar por la borda lo positivo conseguido.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que en el sector operan más de 200.000 empleados, además de las empresas de concesionarios, arrendadores, constructoras, por lo que cualquier intervención normativa debe respetar y hacer colimar las diversas necesidades, evitando precisamente aumentar el flagelo del desempleo y poner de rodillas a muchos pequeños empresarios.
En segundo lugar, el juego legal a nivel mundial debe tender cada vez más hacia formas de entretenimiento y diversión, indicando la probabilidad de riesgo, eliminando cualquier incentivo para jugar, especialmente como ocurre con los sitios de juego online y prohibiendo cualquier publicidad engañosa.

Pero, sobre todo, el verdadero primer paso atrás lo debe dar el Estado en los siguientes puntos:

  • Evitar que los llamados a licitación se realicen únicamente sobre la base de requerimientos de efectivo, impidiendo así la evolución real del libre mercado.
  • Bloquee la introducción de cualquier juego nuevo a menos que haya "arreglado y corregido" los actuales, con las sugerencias de quienes realmente están en el área, es decir, los coleccionistas de juegos y ciertamente no los políticos que no entienden nada sobre juegos pero que presentan propuestas legislativas. "sugeridos" por los lobbies que no hacen más que matar el juego de las apuestas y causar un daño considerable a Hacienda (ver las últimas estadísticas sobre el tema).
  • Acordar, con todos los actores de la cadena de suministro y los sindicatos, los convenios colectivos nacionales que no contengan cláusulas vejatorias y/o posibilidad de cambios unilaterales.
  • Preferir y proteger el juego de librería frente al juego online, ya que Game Collector puede intervenir fácilmente y disuadir a los usuarios en caso de juego patológico e impedir el acceso a los menores, del mismo modo que sería difícil intervenir a quienes están detrás de un PC desde casa.

 

Finalmente, concluye el sindicato, se necesita la intervención de las autoridades locales para un control efectivo bajo varios perfiles.

 

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