«La historia de las apuestas es profunda. Los anuncios que se muestran tres o cuatro veces por partido. Empresas de apuestas como patrocinadoras. Estamos indignados, pero anunciamos algo que sólo tiene sentido económico y de ningún modo ético... Desgraciadamente, las apuestas no son sólo una plaga en el mundo del fútbol, ​​sino que a menudo también lo son a nivel social, hay familias arruinadas por una “enfermedad”, una dependencia, que lamentablemente conviene a la economía para seguir adelante. Es un poco como la cuestión de los cigarrillos y el Estado que los legaliza. Ver niños que no tienen talento ni suerte es triste pero hay algo más amargo y más insoportable que no tener talento ni suerte: es tener ambos pero no saber reconocerlos y apreciarlos. Esto para mí marca la diferencia entre un hombre real y un hombre aparente. Siempre les digo a mis jugadores que piensen que en las gradas hay gente que ha trabajado así toda su vida, que ha trabajado duro, en todos los campos, para mejorar y que espera lo mismo de la gente que paga por verlos en un estadio. . , a quien entrega su corazón y sus emociones, y de quien espera compromiso. ¿Por qué todos aman a Sinner? Porque en ese chico, en su juego y en sus resultados, se ve la señal del esfuerzo, de las horas dedicadas a mejorar". Lo dijo el seleccionador nacional, Luciano Spalletti (en la foto), en una entrevista publicada en el Corriere della Sera.

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